Michael Pollan es autor de varios libros sobre alimentación y lleva más de diez años dedicado a investigar la relación entre el ser humano y la comida. Para Pollan, «es trágico ver cómo la dieta americana se ha convertido en la dieta del mundo, y cómo ha ido devorando a su paso las tradiciones culturales y gastronómicas del planeta».
Irónicamente él es norteamericano, vive en las colinas de Berkeley, donde da clase en la universidad y desde donde abandera el «movimiento de la comida sana» en Estados Unidos.
En su libro «Saber Comer» afirma que cada año aparecen 17.000 nuevos productos (alimentarios) en los supermercados y que a «la mayoría de ellos no merecen que se les llame alimento”. Propone la vuelta a la comida simple y natural, Michael Pollan recomienda que comamos como siempre lo han hecho los franceses, los italianos o los griegos (antes de la colonización de los McDonald’s). En el podio de la comida mediterránea echamos en falta a los españoles, y el «detective» gastronómico se justifica: «Los españoles comen demasiada carne».
Existen muchas dietas diferentes a lo largo y ancho de la tierra a las que el cuerpo humano se ha ido adaptando, explica, pero con la dieta occidental “¡hemos creado la única dieta que consigue enfermar a la gente!“, ironiza.
Propone «escapar» de la dieta moderna, producto de los monocultivos de la agricultura industrial y cuyo secreto estriba es descomponer el maíz y la soja, procesarlos y luego volverlos a componer en «sustancias que parecen comestibles». Como ejemplo pone la soja: «De siempre se ha tomado tofu, salsa, tempe, pero… ¿proteína de soja aislada, isoflavonas de soja, proteína vegetal texturizada, aceites de soja parcialmente hidrogenados…?».
Estos alimentos procesados producen enormes ganancias a la industria alimentaria, incluso, por desgracia, a los laboratorios farmacéuticos, que obtienen beneficios infinitamente mayores con las enfermedades crónicas (provocadas en gran parte por estos artículos sintéticos) que trabajando en la prevención. Son muchos y grandes los intereses en juego. Por ello se muestra muy crítico con los expertos en nutrición: «Con sólo 200 años de antigüedad, la ciencia de la nutrición es un campo que está todavía en pañales“. Además, considera que está demasiado manoseada por las grandes empresas de la alimentación, que suelen utilizar sus aportaciones, de modo sesgado, como slóganes publicitarios para incrementar ventas.
En su entrevista para Ecohéroes del periódico digital El Mundo le preguntaron finalmente qué es lo que no debemos comer nunca: «Cualquier producto que contenga sirope de maíz, porque es una señal de que está altamente procesado. Cualquier producto que tenga más de cinco ingredientes o que contenga algo que nos somos capaces de descifrar. Pero ante todo evitar las bebidas refrescantes, el antialimento por excelencia, todo energía y cero nutrientes, el mejor caldo de cultivo para la obesidad y la diabetes de tipo 2. Seguramente hay alimentos mucho más nutritivos en la sección de comida para perros».
Este es el video realizado por Marija Jacimovic y Benoit Detalle, basado en una de las famosas charlas de éste activista de la alimentación, para nada te dejarán indiferentes.
Para seguirlo en twitter @michaelpollan
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