«Los países hablan, las ciudades actúan», dijo Bloomberg (alcalde de Nueva York) esta semana a su paso por Londres, donde ha lanzado un reto a los alcaldes de Europa para que pongan en marcha solucionadores innovadoras.
Jack Hidary, con ese aspecto de «geek» de Silicon Valley (aunque presume de ser judío de Brooklyn), se presenta ahora a alcalde como independiente. Intentando seguir la senda de Bloomberg, Hidary se ha desmarcado de republicanos y demócratas y promete dar a Nueva York un auténtico acelerón verde: tejados-granja, jardines comunitarios, coches eléctricos compartidos, microfinanciación para empresas sociales y ambientales. Entre tanto, y mientras Jack Hidary intenta abrirse paso a codazos entre los dos grandes partidos.
Así que, cualquiera que vuelva a Nueva York al cabo de diez años notará los grandes cambios: Tumbonas en Times Square, mesas de picnic en Broadway, mercados de granjeros, tejados verdes, parques elevados sobre las vías del tren, taxis híbridos, bicicletas públicas y más de 700 kilómetros de carriles para las dos ruedas.
«No podemos continuar con los mismos modelos de activismo. Tenemos que dar el salto a otro nivel. Tampoco podemos esperar a que actúen los Gobiernos. La escala y la rapidez con la que deberían ocurrir los cambios no están sucediendo. Hay que encontrar la manera de hacerlo: tenemos que apremiar el paso«.
Esta es una pequeña introducción a lo que esta sucediendo en el mundo, la revolución será local y los gobiernos son el problema. Hay una parte de la humanidad con un tremendo nivel tecnológico, en contraste con una actualidad absolutamente deprimente llena de artículos de exclusión y traumas, llena de parados sin ver un posible futuro. En los periódicos se dedican páginas a la decadencia de Madrid o a la calamidad, en palabras de Durao Barroso “ya tenemos situaciones de emergencia”.
Los alcaldes de Nueva York, el de Londres, o el propio Jack Hidary, deben entender que la solución no es solo energética. La emergencia está en la reparación de la dieta, que junto con la sanidad y otros, afecta a un 30% de la economía. Esto genera una exclusión tremenda, es el foco del mal que nadie ve, pero también deben de entender que la solución está en la visión holística del conjunto social, y sin sacar a la ingeniería financiera del sistema alimentario es imposible el cambio.
Deja un comentario