Si a lo largo y ancho del globo hay pueblos y culturas que detestan, incluso hasta el límite de la repugnancia, alimentos que para otros son perfectamente aceptables, la definición de lo «Bueno para comer» no puede basarse sólo en la pura fisiología de la digestión, sino que debe contar también con las tradiciones gastronómicas de cada pueblo y su cultura alimentaria.
¿Por qué tenemos ansia de carne? ¿Por qué hay culturas que adoran algunos tipos de carne y desdeñan otras? ¿La leche es beneficiosa o los intolerantes a la lactosa y las culturas asiáticas, que la abominan, demuestran que no? ¿Por qué existen vacas sagradas hindúes en un país que se muere de hambre? ¿Por qué el cerdo resulta repugnante para algunos? ¿Por qué no somos capaces de comernos a los perros como hacen los chinos? ¿No es contradictorio consumir langosta o gambas y no gusanos o cucarachas? ¿Cuánto hay de cierto en la antropofagia?
En este apasionante estudio, Marvin Harris muestra cómo los alimentos preferidos (buenos para comer) son aquellos que presentan una relación de costes y beneficios prácticos más favorable que los alimentos evitados (malos para comer) y que la arbitrariedad de los hábitos alimentarios puede explicarse mediante elecciones relacionadas con la nutrición, con la ecología o con su mero coste.
El repaso es impresionante, tanto para los amantes de la gastronomía como de las culturas de los pueblos, es un libro altamente recomendable.
Aquí el link al libro en pdf
Deja un comentario