Adela Cortina es catedrática de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Valencia. Acaba de publicar ¿Para qué sirve realmente la ética? (Paidós), cuyo punto de partida es que todos los seres humanos somos necesariamente morales. «Podemos ser morales o inmorales, pero no amorales. Y lo mejor que podemos hacer es sacar partido de esa manera de ser moral del modo más inteligente posible».
En su entrevista para El País / Cultura titulada Competir o vivir (18-05-13), hace unas declaraciones con las que Foodtopia se encuentra totalmente de acuerdo tales como «La educación no puede consistir en formar personas competitivas, sino en educar ciudadanos justos» y «La ética sirve para abaratar costes y crear riqueza, no solo en dinero, sino sobre todo en sufrimiento».
Cualquier viaje hacia la profundidad del conocimiento se topa con la física, en la dieta hay límites de orden físico y de biología evolutiva.
· El que fija la fotosíntesis como proceso de transformar energía solar en química y transformar elementos inorgánicos en biomasa , es la fuente de la alimentación. El sol solo puede fijar el 1% de la energía que nos envía en biomasa, si comemos biomasa necesitamos 10 veces menos tierra que cuando comemos carne .
· El otro viene de la física también, en concreto de la biología evolutiva y la neurociencia, los humanos somos «estructuras biológicas preparados para ayudar y para cooperar», el individualismo es falso y algo que ha sido tremendamente perjudicial. Esto demuestra que seamos tan críticos cuando las personas persiguen solo su beneficio, el individualismo no se sostiene. El cerebro es social, cuando un niño no es atendido se merma su capacidad, “el apoyo nos constituye“, esto tiene bases científicas.
Foodtopia de acuerdo a estas premisas, solo se puede desarrollar defendiendo un proyecto ético /ecológico de ámbito local («la ética abarata costes y crea riqueza«). Si hay relaciones de confianza hay relaciones de construcción común, los seres humanos se hacen personas en la sociedad, no se hacen personas en la exclusión. La prioridad por encima de todo debe de ser el desprotegido, es absolutamente inmoral y descalificante no tener acceso a una dieta o a un trabajo, y que la sociedad mire para otro lado. Ha muerto el modelo americano de que “todos podían ser multimillonarios “, en esa carrera absurda la acumulación de bienes en el 1% de la sociedad ha dado como resultado una desigualdad tremenda y aquellos mismos que alentaron lo de competir y competir ahora tienen a sus discípulos perseguidos en paraísos fiscales. Lo entendieron mal era convivir y convivir.
De aquí nace una definición de Foodtopia como un proyecto ético/ soberano (en las líneas de conducta de los humanos no hay amorales hay morales e inmorales y estos últimos, no están de moda), a través de un tubo de 0,75€ cada vez que lo tomas te identificas con la naturaleza a través de una dramática reducción de los recursos que ahogan al planeta y al individuo y por tanto a la sociedad.
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