Obesos y famélicos

¿Cómo es posible que, si producimos más alimentos que nunca, haya también más hambre que en toda la historia? ¿Cómo es posible que, al mismo tiempo, una epidemia de sobrepeso afecte especialmente a los más pobres del planeta? ¿Por qué hay soja en casi todos los alimentos? ¿A quién benefician los transgénicos? ¿Quién decide lo que comemos? ¿Nosotros, empujando el carro de la compra en el súper, o las multinacionales que controlan los mercados, los suministros y la producción de alimentos?.

En el libro «Obesos y famélicos»Raj Patel ofrece una fascinante investigación que examina estas y otras paradojas. Y demuestra que, desde la obesidad hasta las hambrunas, son muchas las consecuencias graves de un sistema globalizado en el que unas pocas pero enormes empresas han obtenido un poder casi absoluto sobre el ciclo de la alimentación, desde las semillas (a menudo transgénicas) hasta las tiendas de comestibles, pasando por los maizales mexicanos o las inmensas zonas deforestadas de Brasil.

Las cifras lo dejan claro: 870 millones de personas en el planeta pasan hambre, mientras 500 millones tienen problemas de obesidad, según indica el informe «El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 2013», publicado recientemente por la FAO ( la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), y que este año analiza la lacra de la malnutrición. Una problemática que no sólo afecta a los países del Sur, sino que aquí cada vez nos resulta más cercana.

Como afirma Raj Patel: “El hambre y el sobrepeso globales son síntomas de un mismo problema. (…) Los obesos y los famélicos están vinculados entre sí por las cadenas de producción que llevan los alimentos del campo hasta nuestra mesa“. Y añade: «…para comer bien, para que todos podamos comer bien, hay que romper con el monopolio de estas multinacionales en la producción, la distribución y el consumo de alimentos. Porque por encima del afán de lucro, prevalezcan los derechos de la gente».

La crisis económica actual no ha hecho sino empeorar esta situación. Cada vez más personas son empujadas a comprar productos baratos y menos nutritivos, según se desprende del informe «Generación XXL» (2012), de la compañía de investigación IPSOS. Como estos indican, en Gran Bretaña, por poner un caso, la crisis ha hecho que las ventas de verduras y fruta fresca hayan disminuido considerablemente, mientras que el consumo de productos envasados, como galletas y pizzas, haya aumentado en los últimos cinco años. Una tendencia generalizable a otros países de la Unión Europea.

La solución pasa por romper las oligarquías alimenticias y de distribución que no hacen sino envenenar el planeta con sus productos y provocar exclusión social. La solución pasa por la concienciación local, por la tecnología eficiente que permita el desarrollo de comunidades sostenibles aquí y en Lima, por una dieta equilibrada beneficiosa para la salud y el alma.
La solución pasa por Foodtopia.

Os dejamos el link al libro en pdf para que podáis sacar vuestras propias conclusiones.

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